miércoles, 31 de marzo de 2010

Sólo sé que nunca sabré nada del amor, tus cosas, tus desgracias, de lo que me dices cuando me hablas. De lo que hay oculto en tu mirada, puede que me esté volviendo loca, pero es que no entiendo qué te pasa. Puse mi mundo en tus manos; si te mueves yo me caigo, puede que te sepa a poco mi mundo en tu mano. Una vida por vivir, un mundo por delante, muchas ganas de salir sin saber hacia que parte. Y el sabor del desamor y el color de la venganza, y la luz de la ilusión, que se enciende y que se apaga.

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